Reconocida como uno de las grandes marcas del audio High End más genuinamente “british” de todos los tiempos, Musical Fidelity acaba de lanzar al mercado una nueva y sofisticada electrónica, que añade todavía más lustro a su celebrada Serie M8 al expandir las fabulosas opciones que ofrece al aficionado exigente: el procesador digital de audio M8x DAC. Heredero de una tradición que comenzó a principios de la década de los 90’, este nuevo producto ha sido concebido para llevar hasta el límite las posibilidades de la “Hi-Res” más avanzada del momento, utilizando una serie de conceptos de ingeniería importados de los reputados amplificadores de la veterana compañía británica. El primero de ellos que merece ser reseñado es una etapa de amplificación analógica en Clase A ejecutada con componentes discretos, con el fin de conseguir un sonido extremadamente puro, cálido y detallado.
Por otro lado, en el nuevo Musical Fidelity no hay ni pantallas de visualización (para evitar interferencias electromagnéticas no deseadas) ni conectividad Wi-Fi o Bluetooth (en este caso con el objetivo de reducir a su mínima expresión las radiaciones de radiofrecuencia y las anomalías de sincronismo o “jitter”). En paralelo, el empleo de un opulento transformador toroidal encapsulado de bajo ruido asegura un suministro de energía limpio y estable, mientras que una construcción mecánica excepcionalmente sólida garantiza la durabilidad a largo plazo. Y por si todo ello fuera poco, el M8x DAC también incorpora un amplificador de auriculares balanceado de muy altas prestaciones y elevada potencia (3’2 W a 32 ohmios y 400 mW a 300 ohmios), capaz de atacar con holgura incluso los modelos más exigentes. Entrando en los detalles de este refinado producto, hay que apuntar en primer lugar que utiliza dos “chips” de conversión D/A Sabre 9039Q2M de ESS Technology configurados en modo diferencial doble, a fin de maximizar las bondades inherentes al uso de una arquitectura doble monofónica.
Gracias a ello, se dispone de soporte para archivos PCM hasta 768 kHz, DSD512 (modo nativo; DSD256 vía DoP) y MQA (hasta 384 kHz), al tiempo que el uso de un regulador de ruido ultrabajo diseñado específicamente para señales de audio “Hi-Res” y el efectivo “Time Domain Jitter Eliminator” tiene como resultado una distorsión armónica total prácticamente nula y una respuesta a los transitorios increíblemente detallada. A ello hay que sumar un reloj de sincronismo dedicado de altísima precisión, cuya tasa de jitter es inferior a 100 femtosegundos y una característica fundamental: la presencia de una sección de remuestreo y resincronismo de última generación para flujos de datos PCM, DSD y MQA seleccionable por el usuario y basada en dos procesadores avanzados, concretamente uno de tipo XMOS de 16 núcleos y un CLPD MAX II de Altera. El nuevo procesador digital de audio de Musical Fidelity se completa con una circuitería analógica de salida completamente balanceada, y con alimentación propia, ejecutada íntegramente con componentes discretos, detalle este último que además de incrementar la musicalidad facilita posibles mejoras/operaciones de mantenimiento en el futuro, y con una generosa conectividad analógica y digital.