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Klipsch Forte III

Altavoces Klipsch Forte III

 

Tengo la suerte de haber podido reseñar -en los últimos años- no uno, sino tres pares diferentes de altavoces de bocina de carga. Me quedé boquiabierto cuando probé los que luego resultaron ser los mejores altavoces que han honrado mi casa con su presencia, los Volti Audio Rival. Después vinieron los Gordon Burwell, los Burwell & Sons Homage, más económicos pero satisfactorios. Después, a instancias del colaborador ocasional de Stereophile, Steve Guttenberg, opté a los tremendos Heresy III. Como solían decir los Beatles, me quedé muerto.

 

Los altavoces de bocina de carga logran lo que pocos altavoces de conos convencionales consiguen: reproducir el ritmo perfecto, la energía rítmica y el impacto pulsante del evento en vivo. Con sus tasas de alta sensibilidad y poca necesidad de potencia, las bocinas entregan la música de manera más rápida, como un esquiador tomando un salto a máxima velocidad: sin carga, sin desfase, son confusión- tan sólo una dinámica vertiginosa a prácticamente cualquier volumen.

 

Aunque los altavoces de bocina de carga empezaron a verse en cines ya a mediados de los años 30, el mérito de crear los primeros diseños para uso doméstico es de Paul W. Klipsch. El mayor y más famoso de estos modelos llegó en 1946: el todavía conocido Klipschorn, por el que Paul Klipsch obtuvo casi dos docenas de patentes.

 

Diseñados y fabricados en la fábrica de Hope, Arkansas, donde todavía se conserva la rama de fabricación de la empresa, el modelo K-Horn ha permanecido en fabricación continua durante más de 70 años, algo que ningún otro fabricante de altavoces puede asegurar. El modelo de tres vías K-Horn es, o fue (nota al pie 1) un diseño abierto de bocina plegada. Con el altavoz metido en una esquina de la estancia, el suelo y las paredes convergentes forman parte de la bocina y contribuyen a la ganancia de las frecuencias bajas. Los amplificadores de un solo triodo son conocidos por hacer que las K-Horn canten y los aficionados a las válvulas valoran este altavoz por una medida de eficiencia -sensibilidad eléctrica combinada con unas características de impedancia que facilitan moverlos- que contribuye a un rango dinámico muy real. Algunos de los mismos principios encarnados por los Klipschorn y- al menos eso espero, muchas de sus características de rendimiento- se encuentran en el nuevo antiguo miembro de la línea Heritage de la empresa, el modelo Klipsch Forte III (3.998 $/par). Presentado en 1985 con el nombre de Forte y relanzado en 1989 como Forte II, este modelo de suelo desapareció de la línea de productos, pero se volvió a introducir en 2017, justo a tiempo para el renacimiento de los triodos.

 

Todo lo antiguo vuelve

El modelo Forte III es un diseño de tres vías de 91,4 x 42 x 33 cm, con un peso de 33 kg. Las especificaciones del fabricante incluyen una respuesta de frecuencia de 38 a 20.000 Hz, una sensibilidad de 99dB/2,83V/m y una impedancia descrita como “compatible con 8 ohmios”. Un filtro pasivo de nuevo diseño corta a 650Hz y 5,2kHz. Los altavoces de agudos y medios son, respectivamente, un driver de compresión de alta frecuencia con diafragma de titanio de 1’’, el nuevo K-100-TI de Klipsch, con una bocina ABS Tractrix K-79-T y un cono de compresión para medios con diafragma de titanio de 1,75’’ K-703-M. En los graves, un woofer de cono de papel tratado de 12’’, el K-281, que usa una bobina de voz de 3’’, complementada por un radiador pasivo con cono de papel KD-15 de 15’’ fijado a la parte trasera del recinto. Con un soporte construido con goma santopreno, el driver pasivo trabaja solamente con el movimiento de aire tipo pistón del woofer de 12’’, encargándose de las frecuencias por debajo de 65Hz.

 

“El radiador actúa igual que un puerto” explicó el ingeniero jefe de Klipsch, Roy Delgado, un veterano con 30 años de antigüedad en Klipsch Audio Technologies, que llegó a trabajar con el propio Paul W. Klipsch. “Debido al menor volumen de aire de la caja, el bordón (quiero decir, el radiador pasivo) ofrece la ventaja de permitirnos extender el extremo inferior. Básicamente, estás creando un resonador de Helmholtz. Se hace resonar el aire a una cierta frecuencia y se extienden los graves. Un bordón hace exactamente lo mismo.”

 

En un momento en el que EE. UU. vive un rebrote del sarampión, los Forte III llevan la contraria teniendo… paperas (Mumps).  Es cierto, esta característica de sus bocinas recibe su nombre por las glándulas salivares inflamadas a las que se asemejan: los Mumps, patentados por Roy Delgado, son pequeños salientes curvados de 2,5 cm que redondean las esquinas interiores en el cuello de la bocina de medios K-703-M. El objetivo, según la página web de Klipsch, es “mejorar la cobertura y el control de la importantísima banda de frecuencias medias.”

 

“Estudiando diversos aspectos”, explicó Delgado, “advertí que cuando el índice de direccionalidad tiende a caer, justo antes de que la bocina pierda el control del patrón de cobertura, se ahúsa, el patrón de cobertura se estrecha y comienza a envolverse sobre sí mismo como un efecto de hoja de trébol, y la salida baja. Quería que las ondas mantuvieran el contacto con las paredes de la bocina, de manera que, cuando salieran de ella, ese efecto ahusado desapareciera. Trabajando con barro noté que, cuanto más material pusiera en las esquinas de la bocina, mejor se eliminaba este efecto. Generalmente también se hace elevando el punto de corte, que no es el modo más eficiente de usar una bocina. Los Mumps me permiten usar la bocina en un ancho de banda mayor.”

 

Como las versiones I y II, el Forte III se acopla al suelo con una base de madera de 2,5 cm con cuatro puntas redondas de 32mm de grosor, una en cada esquina.

 

Colocación

El Forte III es el altavoz más sensible al amplificador que he analizado: fue esencial una elección más elevada. El giradiscos Kuzma Stabi R con brazo 4Point y cápsula Hana EL llevaron el tema analógico; el reproductor de CDs Tascam CD-200iL con un DAC BorderPatrol, conectado con una tirada del cable de interconexión de Triode Wire Labs Spirit II. El cable de brazo de Crystal Cables del 4Points de Kuzma conectado al previo de phono Musical Surroundings Phonomena II, cuya señal fluía hasta el amplificador integrado Parasound Halo HINT 6, preamplificador Shindo Allegro con etapa de potencia Shindo Haut-Brion o amplificador integrado Schiit Ragnarok, a través de un par de cables de interconexión Shindo. Un par de Triode Wire Labs Spirit II unían el DAC BorderPatrol con la amplificación. Como cables de altavoz, Auditorium 23 y los American de Triode Wire Labs.

 

Pensaréis que un robusto altavoz con dos grandes radiadores por recinto serían una pesadilla para su colocación, pero resultó francamente sencillo encontrar la ubicación perfecta para los Forte III. Apuntando casi hacia delante, sin rejillas, crearon la escena sonora más amplia y profunda que jamás había experimentado en mi ático de Greenwich Village, sin graznidos ni nasalidades, quejas típicas de las bocinas. El panel trasero de los Forte estaba a unos 60 cm de la pared frontal.

 

A medida que iba reproduciendo diferentes grabaciones, no dejaba de pensar que los graves deberían estar mejor definidos, teniendo en cuenta la alta frecuencia de corte del woofer. Los finos pies del Forte III prácticamente se incrustaban en el suelo, así que les puse debajo dos bases Anti Vibration Isolation Pads de 5 x 5 x 2,2 cm (goma estriada con núcleo de corcho, Amazon, 6,99 dólares) bajo cada altavoz. El foco general mejoró y también lo hicieron los graves. Un baterista aficionado que entiende perfectamente cómo se pueden hinchar las frecuencias graves, Delgado, me dio su bendición para seguir por ese camino. “No quieres que el altavoz se acople demasiado al suelo porque eso hace que ciertas cosas resuenen como no deben”, dijo Delgado. “Si los elevas, el grave se hará más firme.”

 

Busqué seis bases BXI -de 15 x 15 x 5 cm y 340 gr de peso- y coloqué tres de estos macizos cuadrados de goma y corcho bajo cada Forte III, formando un triángulo. Viviendo una de esas epifanías que se dan cuando los dioses se vuelven locos, de repente todo entró en foco. Ahora podía escuchar diferencias mínimas en las texturas de los graves; algunas grabaciones presentaban finísimas capas de bombo, bajo acústico, sintetizador u órgano Hammond B3. Desde el rock clásico hasta la electrónica moderna, los Forte III dibujaban bellas ondas de graves, definiendo frecuencias casi subsónicas con facilidad.

 

Escucha

Motian Music del pianista Russ Lossing (CD, Sunnyside SSC 1532) rinde tributo al maestro baterista Paul Motian, al que se unen sus viejos compatriotas Masa Kamaguchi (bajo) y Billy Mints (batería). Como el propio Motian, la interpretación de Lossing de la música de Motian es alegre, incluso bulliciosa. Los Forte III revelan la excelente ingeniería de Paul Wickliffe y el espacio acústico de su Charlestown Road Studio en Hampton, Nueva Jersey. Bien enfocada, la batería entera tenía su propia escena; cada caída, cada platillo y cada resonancia formaban parte de un todo percusivo mayor que manaba de los Forte III con emoción. Forjando una escena sonora inmersiva, los Forte resolvían cualquier nivel de interacción microdinámica entre los tres músicos. En lugar de aislar cada instrumento en su propio espacio, se daba un considerable trabajo conjunto entre el piano, el grave y la batería, creando una experiencia sonora totalmente viva.

 

Descubrir vocalistas de jazz con talento siempre es excitante: We’ve Only Just Begun de Ashley Pezzotti (CD, Ashley Pezzotti Music AP0001) es una fogosa ejecución. Con los Forte, con la apertura de diabólica rapidez del álbum, “It Only Takes A Moment”, Pezzotti se elevaba a medida que el batería Kyle Poole batía sus escobillas y el bajista Bob Bruya trazaba una línea rapidísima. El bajo vertical sonaba rico y palpable, irresistible. La combinación Schiit Ragnarok/Klipsch produjo una mágica consistencia en términos de reproducción de graves, llegando algunos CDs y LPs a crear frecuencias graves viscerales, pero ágiles, cremosas pero potentes; el fuerte latido del G-Stoned de Kruder & Dorfmeister—CD, Quango 162-448 011-2— resultó… brutal.

 

Los Forte resultan consistentemente transparentes respecto a la fuente, a veces hasta demasiado. Las malas grabaciones parecían innegablemente malas. El Parasound Halo HINT 6, que tiende a frío, podría hacer que los Forte sonaran tonalmente claros, mientras que con otras grabaciones parecía que las bocinas de los Forte ensordecían o enmudecían. Pero estas inquietudes quedaban anuladas con las grandes grabaciones como West 60th del pianista Greg Reitan (CD, Sunnyside SSC 1542): con este disco, los Forte desaparecen, dejando el gran piano de Reitan reverberando en lo que sonaba como un espacio grande (Concept 2 Studios en Los Ángeles). Y, de nuevo, sin sensación de coloraciones encajonadas, chillonas o molestas en las frecuencias altas. (Esto deben de ser los Mumps haciendo su trabajo). Acercándose a la calidad transparente de los altavoces electroestáticos, los Forte parecían desaparecer mientras el trío tocaba alegremente. Y en Jersey del Mark Guiliana Jazz Quartet (CD, Mtema MTM0233) -Guiliana era un baterista de jazz apasionado y popular mucho antes de trabajar con David Bowie en Blackstar- la música emanaba desde más allá de los confines de los altavoces: la escena sonora era amplia y profunda.

 

Soy percusionista. Los sonidos de percusión siempre atraen mi atención. Me doy cuenta, por ejemplo, de la diferencia de sonido entre las baquetas de fieltro y las de lana de oveja. Las de fieltro crean un sonido más duro, más directo, mientras que las de lana son como si un suave algodón acariciara el parche, moviendo su aire interno con mayor delicadeza hasta crear un sonido más suave. En la pista de título de Jersey, oí el suave y cálido brillo del parche del bombo acariciado por las baquetas de lana de oveja. Los Forte transmitían de maravilla este detalle oculto entre la música.

 

Klipsch conoce a Shindo Laboratories

Cambié al vinilo y a mi querido preamplificador Shindo Allegro y etapa de potencia Haut-brion, combinación que sospechaba sería la ganadora. (20.000 dólares en amplificación podrían parecer demasiados para los 4.000 del par de altavoces -y realmente seguro que hay otras combinaciones de válvulas más económicas que también valdrían.) Mi buen amigo y gurú de la alta fidelidad Steve Cohen me visitó al poco de tener la combinación Klipsch/ Shindo instalada y nos sentamos a escuchar este poderoso sistema: buen sonido, buenos amigos y buena música hacen la vida un auténtico placer.

 

Reproduciendo mi LP eterno favorito, Poll Winners Three! con Barney Kessel, Shelly Manny y Ray Brown (Contemporary Records S7576), los Forte captan la esencia de esta grabación de sonido natural. Con la combinación de los Forte III y la amplificación Shindo, me resultó fácil escuchar los momentos de contacto entre los dedos de Ray Brown y las cuerdas de su bajo, las baquetas de Marine y el tambor, el punteo de Kessel y las cuerdas de guitarra -esos instantes en los que la acción se convierte en música visceral. Los super-eficientes Klipsch me recordaron que la amplificación Shindo es única en su absoluta fidelidad al espíritu de cada grabación que reproduje: cuando la enciendo, siempre siento que vuelvo a casa.

 

Los Forte III descubren la belleza natural y honesta del sonido de Shindo.

 

Conclusión

Los Klipsch Forte III no llegaron a los majestuosos picos de los Volti Audio Rival. Carecían de la capacidad de éstos para describir las complejidades tonales más ricas y profundas. Sin embargo, por otra parte, llegaron a los mismos resultados: usados con las mejores grabaciones y equipos, desaparecen a su servicio. De igual modo, los Klipsch carecían de la generosa calidez de DeVore Fidelity O/93, pero los sobrepasaba en términos de dinámica, transparencia, velocidad y extensión de graves. Y eran muy sensibles a cada pieza del sistema -sólo los relativamente suaves cables de altavoz Auditorium 23 funcionaban bien y no les gustaba la firma iluminada del Parasound Halo HINT 6. Son, ante todo, veraces.

 

Recordé las palabras del diseñador Roy Delgado: “Son como una lupa”.

 

Para sentir pura euforia, para dar saltos y gritos de alegría, para disfrutar de la alta fidelidad y la revelación de la música, los Forte III son unos altavoces únicos en su clase. Me causaron gran felicidad y discernimiento musical. Paul W. Klipsch estará sonriendo en algún lugar.

 

 

Nota al pie 1: Tras 70 años, Klipsch va a retirar del mercado el modelo abierto Klipschorn. El modelo más reciente, el AK6, tiene una bocina de graves totalmente cerrada, cosa que evita que el usuario tenga que encajonar sus altavoces en las esquinas; dentro de un par de meses podrán leer en nuestras páginas un reportaje sobre el modelo Klipschorn AK6.

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