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Tannoy Revolution XT 8F Virtuosismo..

No es ningún secreto que Tannoy es una de las marcas de audio más antiguas y más prestigiosas del mundo. Habiendo estado en la palestra durante décadas, Tannoy se ha convertido en sinónimo de “altavoces” en Reino Unido, llegando a usarse la frase “se oirá a través de los Tannoy” en referencia a un anuncio por los altavoces. La fábrica escocesa de la empresa está ubicada cerca de Glasgow, donde ha estado basada durante los últimos 35 años. Tannoy también es una figura importante en los Estados Unidos, principalmente por sus altavoces para orientación de haces, para conciertos y estadios. Su impacto en la escena de la alta gama se debe básicamente a su altavoz Dual Concentric, parecido a un radiador de origen directo. La mayoría de los altavoces de Tannoy, incluyendo los de alta gama residencial, los tradicionales Prestige y modelos de audio profesional se fabrican en Escocia. Sin embargo, para poder mantener unos precios razonables, los altavoces residenciales de nivel de entrada (las líneas Mercury, Revolution y Precision) se fabrican en China. Estos días, el paradigma de “diseñado en Occidente y fabricado en Oriente” se puede aplicar a cualquier producto con aspiraciones de mercado de masas, incluyendo el ordenador portátil HP con el que estoy escribiendo esta .

 

La línea Revolution XT representa una mejora significativa de la serie Revolution. El chasis trapezoidal se ha mantenido, pero los cambios internos tienen un gran alcance. El modelo 8F, tope de gama, así como el más pequeño 6F, son altavoces de suelo con bases con puntas de desacoplo integradas. La designación numérica se refiere al diámetro del cono y, en ambos casos, el diseño se puede caracterizar como de dos vías y media. En la 8F, el woofer coaxial puede trabajar en los graves mientras se ve apoyado por debajo de 250Hz por un woofer de 8 pulgadas, con el filtro siendo de paso bajo y segundo orden. El tweeter coaxial y el woofer se cortan a 1,8 kHz usando filtros asimétricos: de paso alto y primer orden para el tweeter y de paso bajo y segundo orden para el woofer.

 

Los woofers son alimentados por dos cámaras conectadas por un puerto interno. La cámara inferior es más pequeña en volumen y tiene la salida de aire al exterior por un canal orientado hacia abajo en la parte inferior del chasis. Este tipo de alineación bass reflex de doble cámara ya lo describió en 1961 George Augspurger en un artículo en Electronics World, pero no ha tenido gran aplicación comercial desde entonces. En comparación con un bass reflex convencional, el diseño de doble cámara está ajustado en dos frecuencias, generalmente con una octava de separación. Como consecuencia, en comparación con un bass reflex convencional, el doble bass reflex es capaz de controlar la excursión del woofer en un rango mayor, hasta un grave muy profundo. Esto se hizo evidente en  el gráfico de impedancia que mostró picos de resonancia de un woofer bien amortiguado. El mínimo de impedancia del grave superior se pone en marcha sobre los 3 ohmios mientras que el máximo es de cerca de 40 ohmios en el rango medio superior.

 

El elemento estrella es, por supuesto, el nuevo cono coaxial, del que se dice que es la nueva interpretación de Tannoy de su filosofía del cono localizado – y un enorme hito en los más de 65 años de investigación y desarrollo de la empresa. Si cree encontrar algo de arrogancia en esa afirmación, vuelva a pensar sobre ello. Mis propias escuchas y mediciones me han convencido de que realmente es un gran éxito. Hubo una época en la que los diseñadores saturaban el bafle frontal con muchos conos, sin importarles los posibles efectos de interferencias acústicas resultantes. Y antes de Siegfried Linkwitz a mediados de los 70, el diseño del filtro era meramente un ejercicio de ingeniería eléctrica, sin tener en cuenta las diferencias de longitud de trayectos entre los centros acústicos individuales. Las especificaciones de respuesta de frecuencia publicadas para estos altavoces multi-vía parecían estar basadas en una sola posición de micrófono en la que los conos se integraban razonablemente bien. Si se movía el micrófono unos centímetros, la integración colapsaba y se daban serias caídas de respuesta.

 

Durante mucho tiempo he sido fan de los coaxiales; actúan como conos de amplio rango y pueden ser considerados como versiones mejoradas de los conos dobles de la década de 1930, transductores de rango completo como el rango Lowther. El primer diseño coaxial, el Duplex 601, fue desvelado en la década de los 40 por Altec Lansing. Una versión mejorada, la Altec 604, fue presentada sobre 1945 y rápidamente se convirtió en el monitor de estudio estándar en Estados Unidos. Unos años más tarde llegó el diseño Dual Concentric de Tannoy y se convirtió en el monitor de estudio líder en el Reino Unido y en toda Europa. Ambos diseños usaban guías de ondas de alta frecuencia, pero el aspecto singular de Tannoy era que el woofer proporcionaba la bocina final para el tweeter.

 

El modelo ideal de cono coaxial focalizado, en el que los centros acústicos del tweeter y del woofer sean casi espacialmente coincidentes, ha sido difícil de ejecutar en la práctica sin tener serios efectos secundarios. El tweeter generalmente se asienta sobre el polo del imán del woofer. Las resonancias de cavidad y la carga de bocina provocadas por la guía de ondas y el cono del woofer pueden colorear la respuesta en la región de transición entre los dos conos -una coloración de “manos ahuecadas” podría ser un denominador común para los coaxiales Tannoy previos. En el nuevo cono, un solo imán, apodado como “Omnimagnet” por la gente de marketing, alimenta el tweeter y el woofer, mejorando  el alineamiento del tiempo y la coherencia de fase. El diafragma del tweeter tiene un diámetro de 1 pulgada y está formado de polieterimido, también conocido como PEI, un termoplástico de alto rendimiento, cuyas características incluyen gran fuerza y rigidez a elevadas temperaturas. No se trata de una cúpula corriente; realmente tiene forma de donut o, si insiste en una descripción geométrica precisa, un toro, asociado a un conector de fase ojival. El conector de fase está envuelto por una guía de ondas que entra más en el cono del woofer. La guía de ondas está diseñada con una agresiva tasa de propagación que resulta en un perfil más superficial para mejorar la dispersión de altas frecuencias por la boca del cono de graves.

 

El resultado final de estas innovaciones es un soberbio rango medio. No he podido detectar ninguna coloración obvia en los medios. De hecho, el rango vocal se reproduce con una excepcional fidelidad tímbrica. Mi propia experiencia personal, el álbum Lesley de David Manley, nunca había sonado tan parecido al máster de grabación original. Esto es un gran elogio, ya que muy pocos altavoces lo consiguen, independientemente de su precio. La voz es, armónicamente, demasiado fina o demasiado basta. En comparación con sus competidores, la Tannoy 8F acierta con la zona armónica del rubiales y suena bien. El rango desde 300 Hz hasta 10 kHz dejaba poco que desear en lo que respecta a pureza textural, integridad microdinámica y precisión tonal.

 

La principal razón para elegir un cono coincidente es la coherencia – los fundamentos de la música y su armonía se originan en la misma ubicación espacial. Por eso no debería sorprenderles si les digo que la 8F genera una escena sonora colosal, poblada por una imagen centrada y bien delineada. El “punto dulce” era enorme, mucho más amplio que el producido por un diseño de dos vías típico, ampliándolo al menos 15 grados fuera del eje. El balance tonal y el foco de la imagen quedan estables incluso moviendo considerablemente la cabeza en la posición de escucha; con la Tannoy no necesitará atornillarse la cabeza al respaldo del asiento. En concreto, la estabilidad de la imagen era una verdadera gozada. Esto no es algo que se suela mencionar, pero reduce la energía mental necesaria para aceptar la ilusión de una escena sonora creíble. La 8F consigue, sin esfuerzo, introducirte virtualmente en el espacio acústico de la grabación.

 

Lo más sorprendente fue la velocidad transitoria, al nivel de la Fórmula 1. No lo esperaba en un altavoz de este precio y lo mismo digo de la transparencia de su escena sonora. Por ejemplo, movida por el amplificador integrado Perla Audio Signature 50, la combinación conseguía una escena sonora muy limpia, eliminando lo que podría haber oscurecido los contornos de la imagen. Asociadas con las monofónicas no balanceadas First Watt SIT-1, los medios sonaban dulces, con toda la pureza de expresión de la que estas etapas de referencia son capaces. Las líneas musicales se elevaban sin esfuerzo con convicción dinámica y mínima intrusión electrónica. De nuevo, la 8F es capaz de revelar decisivamente diferencias entre amplificadores, testimonio de su capacidad de resolución. Que conste en acta, ofrece una mejor imagen asociada con válvulas, con las que también conseguía encarnar una impresión espacial muy convincente.

 

Con este nivel de precio no debería esperar perfección. El fallo es su rendimiento en los extremos de las frecuencias. No me molesta el ligero énfasis en los agudos inferiores, pero el verdadero problema está en el grave medio. Al menos en mi sala, había demasiado. Las mediciones en la sala mostraban un pico de cerca de 7dB en relación con el grave superior y los medios inferiores sobre la octava desde 50 a 100 Hz. Por supuesto, las resonancias eran más notorios por debajo de 300 Hz, así que tuve cuidado de promediar la respuesta de graves en diferentes posiciones. Parecía lógico que aunque la doble cavidad y la alineación de bass reflex ejercían un firme control sobre los woofers, la salida del puerto era excesiva. Para probar esta teoría, puse una cuña de una pulgada de grosor de espuma acústica en el espacio entre la base y la abertura inferior. El resultado fue una atenuación de 4dB del pico y un balance de graves general mucho más satisfactorio. Cuando le comenté mis hallazgos a Tannoy, me dijeron que ellos habían llegado a la conclusión de que para algunas estancias, se debería poner un tapón de espuma en el puerto, y ésta se incluirá con las próximas remesas. Realmente es una evolución bienvenida, ya que el usuario podrá ajustar la salida de acuerdo con su propia sala.

 

La Tannoy Revolution XT 8F fue el gran descubrimiento de Robert Harley en la Consumer Electronics Show de 2015. Su primera impresión fue: “Tras escucharla y observar su recinto de madera, pensé que su precio sería de entre 7.000 y 10.000 dólares. El precio de la Revolution XT resultó ser de 2.600 dólares”. Tras vivir felizmente con las Tannoy durante varios meses, estaba preparado para declararla como un altavoz de nivel de entrada sensacional. Pero ahora veo que necesito corregir ligeramente esa afirmación – lo único que tiene de nivel de entrada es su precio. La chapa de madera y el nivel de acabado no habla de un producto de nivel de entrada y, sonoramente, trabaja a un nivel mucho más elevado. Estoy totalmente de acuerdo con Robert: La Tannoy consigue un virtuoso rango medio que puede competir con altavoces de un precio que ronda los 10.000 dólares. No tengo ninguna prisa por sacar la Tannoy XT 8F de mi sala. Y eso es un verdadero halago viniendo de alguien que posee altavoces mucho más caros. Hágase un favor y escuche la Tannoy – se alegrará de haberlo hecho. 

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